Barcelona es una de las pocas ciudades del mundo que tienen en sus calles numerosos edificios o elementos urbanos diseñados por los denominados arquitectos estrella del momento. Son un pequeño grupo de profesionales que se reparten los grandes proyectos arquitectónicos en el mundo y ven en la capital catalana una ciudad que apuesta por el diseño y la innovación. Pero, sin duda, en la ciudad quien está copando los proyectos más interesantes, amén de otros arquitectos locales como Enric Miralles, el equipo de Oriol Bohigas o Ricardo Bofill, es el francés Jean Nouvel, con cuatro proyectos en espera. Para los más críticos, la proliferación de "edificios escultura" es un riesgo que acerca más la ciudad a un parque temático que no a un espacio de convivencia. Con todo, se trata de una tendencia que se cultiva desde hace más de veinte años. La fiebre de los Juegos Olímpicos trajo consigo el edificio de L´Illa de Moneo y Solà-Morales, el pez de Gehry, el Palau Sant Jordi de Isozaki o la torre de telecomunicaciones de Foster y la de Montjuïc de Calatrava.
Y es que el futuro arquitectónico que se le presenta a la ciudad es igual de interesante que su pasado. La arquitecta iraquí Zaha Hadid, ganadora de un premio Pritzker, reconoció que llevaba 20 años intentando trabajar en la ciudad. En los próximos meses empezará a hacerlo, con un edificio para el campus del Besòs. Mientras, en la zona de la Sagrera, Frank O. Gehry construirá un edificio de oficinas. A pesar de la larga lista de estrellas, algunos de los grandes no se han dejado ver. Es el caso de Renzo Piano; Ieoh Ming Pei y Henry Cobb, que han proyectado la torre Espacio en Madrid, y los holandeses Mvrdv, que han construido en Sanchinardo.
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Hace 3 semanas