شهرزاد -Gritó el sultán.
شهرزاد -Pero Sheherezade no podía hablar.
شهرزاد, شهرزاد -Estaba oscuro, encendió el candil y lo acercó a la alfombra con dosel.
Susurró:
شهرزاد -Pero con tan mala suerte que la vaporosa tela prendió con la llama, subiendo como un telón:
Sheherezade, de cuatro patas, imitaba el sonido gutural de las aves del paraíso cuando están acatarradas...
Y el sultán recordó un breve pasaje de "Histoire de la Magie", unos parrafillos de las páginas 420 y 421:
"La peris, hadas persas, habitan los rayos de la luna, se alimentan del néctar de las flores y se mecen sobre nubes.
Su vestido se parece al velo de la aurora, sus cabellos brillan como el oro y, cuando están agitados por el viento, exhalan deliciosos perfumes.
Todo en ellas es para hechizar."
Y el sultán rompió a llorar amargamente...
-
Cariño, dijo Sheherezade al poco de escupir un hueso de cereza-,
no llores por mí, que no estoy muerta...Y el sultán, en su dolor, quiso morir.