Tres botellas de agua se bebió el koala. Una vez saciada la sed, el bombero comprobó que además tenía las patas quemadas. No dudó en sacarle de su hábitat, ahora destruído por los incendios. El koala, que resultó ser hembra, ya se encuentra en un refugio de animales donde le han curado y donde les están hidratando. Se calcula que en los incendios australianos de esta semana han muerto calcinados más de un millón de animales. Además, las clínicas veterinarias están llenas de perros y gatos, heridos por las llamas.