Ayer acompañé a unos amigos al Ikea del Hospitalet. Era la primera vez que iba, así que dejé a mis colegas que compraran sus cosas y yo me dediqué a lo mío, o sea a fisgonear por ahí:
Al fin y al cabo, no deja de ser un centro comercial como otro (por muy suecos que sean), pero algunas cosas me gustaron:
los cubos para reciclar,
lápices y cintas métricas gratis,
un montón de osos polares de peluche,
espejos con lucecitas de colores...
Y bueno, al final, yo también caí como un tonto y compré algo:
¡Fundas cuadradas para mis cojines redondos!