Asi ha quedado mi calle despues de dos dias de taladradoras. Un suplicio, la casa llena de polvo y un ruido ensordecedor desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Y no veas la gracia que le hace a uno cuando llegas de trabajar toda la noche y no puedes pegar ojo. Y ni que decir cuando vas a tu casa cargado con las bolsas de la compra. En fin, a ver si acaba pronto.